domingo, 6 de febrero de 2011

UNA PINCELADA EN EL BOCETO DEL MISTERIO DEL HOMBRE

Todos corremos afanadamente en busca de encontrar la felicidad, unos corremos mas que otros, otros nos la damos de astutos y tomamos atajos, otros nos desplazamos como rémoras y vivimos al escudo de otro mas valiente, pero existimos hombres que decididamente nos empeñamos en conquistarla día a día y siempre la tenemos a una pizca de conseguirla, a Dios gracias es así, por que desgraciado aquel que piense que ya la conquisto, por que no le quedara una sola razón para vivir, quien piense que ya la conquisto esta engañado al ser un hombre conformista y quien piense que no es posible alcanzarla es un pobre desgraciado.

La felicidad existe, pero no tiene sentido tirarle atajos ya que ésta no se encuentra en grandes dosis, ni mucho menos almacenada en grandes bodegas, ésta se conquista a cada instante gota a gota y es una continua lucha por eso los cobardes ni la sueñan, pues el minero primero debe desear encontrar el diamante, luego debe darle incesantes golpes a la roca para finalmente hallar una pequeña piedrilla tan brillante que hace olvidar las rocas grandes desechadas y la fatiga que ha costado conseguirla, esto es la felicidad esos diamantes que nos motivan que nos descansan y que le prenden ese fuego a nuestra mirada que nos hace sentir infinitos a pesar de los limites.

¿Cual es el secreto para hallar la felicidad?

No creo que exista algo que tenga mas mercadeo que la felicidad aunque nos la ofrecen en cosas banales que no hacen más que engañar nuestro corazón, pero seducidos por hallar ese secreto muchas veces nos arrojamos a sus pies, hallándonos rápidamente desilusionamos y así nos la pasamos emprendiendo nuevas búsquedas obedeciendo a las nuevas promesas.

A continuación no pretendo dar una formula mágica para hallar la felicidad pero es algo que me atrevo a afirmar desde mi experiencia en la aplicación de las enseñanzas del pensador Aristóteles y en la manera de observar cómo Jesús valora la realidad, el secreto de la felicidad se halla en el reconocimiento de la existencia de una dependencia original del Único Dios y en la contemplación de su maravillosa creación.


Pero alcanzar éste estado no es cosa de cobardes, pero tampoco de hombres de carácter fuerte solo se necesita tener alma de caballero, un corazón sencillo y una mente abierta para reconocer la positividad de la vida incluso en la adversidad.

Muchas veces decimos que día tan duro, tan fatigoso o tan amargo. no olvides que los días todos son hermosos, todos son un milagro de esplendor sin importar si llueve o nieva, los que si cambiamos somos nosotros en la manera de afrontar cada instante, pues nos dejamos afectar con facilidad por algún particular negativo y echamos por la borda todas las cosas maravillosas que nos acontecen.

Mario A. Marín 28 -11- 2007

domingo, 11 de octubre de 2009

Cultura de la Muerte

Este es un juicio sobre la ley de aborto que se pretende aprobar en España, no olviden que países como Colombia son grandes imitadores de modelos educativos extranjeros e incluso nuestra constitución está fundamentada en el marco legal existente en otros países europeos; no es de extrañar que en un futuro estemos hablando de una ley de aborto en Colombia, es por ello que como ciudadanos que conformamos una sociedad civil tenemos que tomar partido por la defensa de la vida y nos eduquemos primero nosotros en esta sensibilidad para dar la batalla desde el sentido común y la sabiduría de las leyes naturales y que el hombre diariamente violenta con sus leyes obedeciendo a intereses que dramáticamente en la mayoría de los casos obedecen al orden económico.

La educación, la salud y la vida no pueden ser ajustadas nunca a patrones económicos estándares, pues allí se empieza a deshumanizar el valor de la persona, y se degrada el hombre a un instrumento o simple objeto.

Vivirá bien una sociedad

- Que tiene límites en el presupuesto destinado a la educación, y que cada vez más quiere reducir este presupuesto, que se interesa por la cobertura pero poco por la calidad de la educación; que en últimas es lo que sustenta la madurez cultural y el grado de civilización de una nación. Mientras esto ocurre todos los días se buscan estrategias para aumentar el presupuesto para el fortalecimiento militar que la única cultura que desarrolla es el miedo y la muerte.

- Que ve la salud como un negocio y donde los médicos tienen cronometrado el tiempo para atender a su usuario (paciente); donde no queda tiempo ni para que éste se exprese y mucho menos exista una relación humana; y donde está limitado el médico al P.O.S (plan obligatorio de Salud) para formular, pretendiendo con esto ajustar el paciente al P.O.S y no el sistema de salud a las necesidades del paciente. Es acaso un trato humano para una persona convaleciente y en algunos casos desamparada que para poder recibir una atención que debería ser su derecho; por el hecho de estar su tratamiento fuera del P.O.S deba usar recursos como la tutela, en un país donde muchos saben de su existencia pero donde muy pocos saben realmente como se aplica, y que en el peor de los casos algo que ocurre con frecuencia cuando esta falla el paciente ya ha muerto.

- Que ve al desvalido, a las mujeres con embarazos no deseados, a los ancianos y a los enfermos con desprecio, donde se habla de una falsa libertad y se nos habla del derecho a elegir una muerte digna (Eutanasia), o a decidir la suerte de otro ser vivo tan humano como nosotros, indefenso negándole el derecho a nacer (Ley del aborto)

Acaso lo anterior no son síntomas de una sociedad que favorece la cultura de la muerte y que se opone a la vida, al menos la vida del pobre y el desvalido.
Nosotros con nuestra indiferencia hemos permitido que mucho de lo anterior suceda y peor aún tenemos las puertas abiertas a que acontezcan cosas peores, que seguramente nos tocaran a nosotros directamente en algún momento; incapacitándonos porque han tocado nuestra medula y cuando solo nos amparemos a la solidaridad de los demás, como lo hacen hoy los desamparados solo encontraremos una cosa que hemos sembrado la indiferencia. Solamente quedara lamentarse y esperar a que las futuras generaciones no sean tan ciegas y tan irracionales.

La suerte es que no todo está perdido, que aun la vida es positiva y que hay personas que tiene claro el valor de ésta y por eso se manifiestan ante estos vejámenes contra la naturaleza humana.
Si cada corazón y cada conciencia evoluciona, la sociedad entera evoluciona, anímate a dar el paso defiende la vida.